A6M Zero
Nombre: Zero
Tipo: Caza
Nacionalidad: Japón
Compañía: Mitsubishi
Motor: Uno. Motor radial Nakajima Sakae 21 de 14 cilindros estrella a 1.130 CV
Dimensiones: Envergadura= 11 m. Longitud= 9′ 12 m. Altura= 3′ 57 m.
Peso: Cargado= 2.544 kg. Vacío= 1.807 kg
Velocidad: Velocidad máxima= 545 km/h. Trepada inicial= 888 m/min
Alcance: 1.920 km
Techo de servicio: 11.050 m
Armamento: 2 cañones de 20 mm, dos ametralladoras de 7′ 7 mm y dos bombas de 60 kg
Primer vuelo: 1 de Abril de 1939

A mediados de 1937 la Marina Imperial Japonesa había pedido un aparato embarcado con unas características muy particulares. Se trataba de un avión de líneas perfectamente puras, excelente maniobrabilidad, gran autonomía y poderoso armamento. Mitsubishi se ofreció para la fabricación del aparato dirigido por el equipo técnico del ingeniero Jiro Horikoshi. La compañía japonesa consiguió fabricar un avión completamente metálico con unas alas de gran espesor de forma trapezoidal y extremos redondeados que le permitían alcanzar altas velocidades de hasta 545 kilómetros por hora, para ello se le instaló un motor Mitsubishi Zuisei 13 que accionaba una hélice tripala con dos tomas en la parte ventral del carenado para la refrigeración y otra superior para refrigerar el carburador. Pero además de la velocidad el avión disfrutaba de otras ventajas. La cabina por ejemplo tenía una excelente visibilidad para el piloto debido al alto posicionamiento del asiento con un parabrisas delantero muy blindado. Contaba con ruedas retráctiles manuales y bajo la cola un gancho en forma de aguijón para aterrizar en las cubiertas de portaaviones. Su depósito de combustible era de 337 litros, algo que le hacía gozar de una autonomía de 1.920 kilómetros de distancia. Para su mejor localización portaba una antena de radio incrustada en la parte trasera de la cabina del modelo Ku. Por último el armamento que podía albergar eran dos cañones de 20 milímetros y dos ametralladoras de 7′ 7 milímetros, más una carga de dos bombas de 30 a 60 kilogramos. El nombre oficial del aparato fue Zero Reisen e hizo su primer vuelo el 1 de Abril de 1939 consiguiendo excelentes resultados. En Septiembre de 1941 el Zero Reisen entró en combate durante la invasión de Japón a China, donde se vieron sus dotes de gran calidad. Rápidamente se le empezó a conocer como el “Caza Samurai”.
Tras el Reisen aparecieron las versiones del Zero más empleadas en la guerra: el A6M2-Zero y el A6M3-Zero. El primero de ellos fue más utilizado como caza-bombardero, mientras que el otro exclusivamente era un caza. La única novedad de estos aviones fue el veloz motor radial Nakajima Sakae 21 de 14 cilindros de estrella a 1.130 caballos de vapor, lo que le convirtió en un excelente cazador de aparatos enemigos tras el ataque a Pearl Harbor. La superioridad de los A6M2 y A6M3 fue muy superior hasta que la guerra aérea se decantó hacia los norteamericanos en 1943, entonces la compañía Mitsubishi empezó a mejorar y a actualizar el Zero. En el verano de 1943 vio la luz el A6M5-Zero Modelo 52, siendo las nuevas características una envergadura de alas más reducidas, mejora de los flaps de vuelo para picados y tubos de escape en el motor que permitían mayor caudal de expulsión de gases. Justo a partir de ese momento se convertiría en el mejor caza Zero y de todo Japón. El A6M5-Zero tuvo sus propias subvariantes como el A6M5a Ko, el A6M5b Otsu con un blindaje de 45 milímetros en la cabina más dos depósitos de combustible extra en las alas; y el último más famoso de todos fue el A6M5c Hei que se carectirizaba por un depósito de combustible ventral, una cabina blindada de 55 milímetros y capacidad para llevar bombas cohete. El último diseño en fabricarse fue el A6M8-Zero con carga para albergar una poderosa bomba de 500 kilogramos. Entre 1939 y 1945, los años que duró la Segunda Guerra Mundial, la compañía Mitsubishi, con ayuda de Nakajima y otras empresas llegó a fabricar 21.876 aviones Zeros de combate.
La primera vez que el Zero fue estrenado ocurrió en la Guerra Chino-Japonesa del año 1940. La misión del caza entonces consistía en escoltar a los bombarderos G3M2 japoneses a las ciudades chinas. Durante esas operaciones los Zero se cobraron algunas víctimas de la Fuerza Aérea China, sin sufrir ellos ni una baja en varios largos meses. Los chinos rápidamente vieron como un arma invencible al Zero y un avión inabatible, tanto que incluso el consejero militar del Presidente chino Chinag Kai-Shek, llamado Claire Lee Chennault, inició una detallada investigación sobre el nuevo caza japonés. Llegó a la conclusión que la única forma de vencerlo en el aire era con fuerzas aéreas extranjeras, ya que los aviones chinos poco tenían que hacer. Precisamente en 1941 los Zeros japoneses se encontraron con los Tigres Voladores (Flying Tigers), un escuadrón de voluntarios norteamericanos en China equipados con aviones P-40 Warhawk. Los combates entre los dos aviones fueron intensos aunque claramente favorables al Zero. Sin embargo los voluntarios americanos desarrollaron la táctica del “hit and run”, consistente en realizar una pasada en picado y huir. Los Estados Unidos a pesar de conocer la existencia del Zero no lo vieron como un problema, ni le pusieron bajo investigación. De nada sirvieron las advertencias de Chennault, pues sus jefes se rieron alegando que un país asiático era imposible que tuviera un avión mejor que Occidente. Su soberbia resultaría fatal.
El 7 de Diciembre de 1941 vino la sorpresa cuando los japoneses atacaron Pearl Harbor. En el ataque a los aeródromos de las Islas Hawaii, los Zero inutilizaron decenas de aviones ametrallándolos en el suelo. Después de Pearl Harbor el Zero se hizo dueño de los cielos de Asia, dejando fuera de combate a todos los aviones estadounidenses, británicos, australianos y holandeses a medida que Japón se extendía por Filipinas, todo el Océano Pacífico y el Sudeste Asiático. Los aparatos aliados como el P-40, Spitfire, Wildcat, Buffalo y Hurricane no pudieron detener al Zero en el aire, convenciéndose los pilotos aliados de que era un caza invencible. Ni siquiera después del revés en la Batalla de Midway, donde los Zero casi encajaron casi un centenar de pérdidas con pilotos expertos, hubo cazas aliados que se pudieran oponerle.
Un milagro para los Aliados sucedió durante la campaña de las Islas Aleutianas cuando los estadounidenses encontraron un A6M2-Zero estrellado en perfectas condiciones. Gracias a ese tesoro los ingenieros pudieron investigar las partes vulnerables y errores del aparato. A los pocos meses pusieron en combate sobre el Pacífico a aviones más equilibrados para el combate contra el Zero como el P-38 Lightning, Hellcat o los poderosos Corsair que destrozaron las escuadras japonesas en Guadalcanal y Nueva Guinea. Los aviadores japoneses se dieron cuenta de que los americanos estaban igualados al Zero y habían aprendido de todos sus errores, además la táctica “boom and zoom” que utilizaban contra el caza nipón era demoledora porque hacían una pasada de varios aviones ametrallando desde lo alto a las formaciones de Zero para luego volver a reunirse y atacar de nuevo.
A partir de 1943 los Zeros se dedicaron a dar cobertura aérea a los convoyes marítimos y a las tropas de tierra en las Islas del Pacífico. Por esa época entró en servicio el nuevo A6M5-Zero que de nuevo volvió a superar las características de los cazas aliados en campañas como las Islas Marshall y las Salomón, aunque no pudo conseguir de nuevo el control aéreo debido a la falta de pilotos entrenados y el escaso combustible del que disponía Japón. Durante la Batalla del Mar de Filipinas el Zero tuvo el peor momento de su Historia, ya que se perdieron 300 aparatos. La misma tragedia se repitió en la Batalla del Golfo de Leyte.
Tras la liberación de Filipinas y las islas del Pacífico Sur por parte de los americanos, los cazas Zero japoneses se dedicaron a defender el territorio metropolitano de Japón de las superfortalezas volantes B-29. Sobre Japón consiguieron derribar decenas de B-29 gracias a cohetes bomba instalados bajo las alas, aunque fueron un blanco fácil del nuevo caza P-51 Mustang. En 1945 la situación de Japón era tan desesperante que se decidió recurrir a las tácticas kamikaze. Los Zeros a partir de este momento fueron empleados como bombas humanas, logrando hundir a los portaaviones USS Saint-Lo y USS Franklin en Okinawa. Pero ni los ataques de Zero a los B-29, ni los kamikaze, impidieron detener al gigante estadounidense. El 2 de Septiembre de 1945 Japón se rindió y el Zero dejó el servicio militar para siempre.
Aunque el Zero Shen no tuvo más participación en nigún conflicto tras la Segunda Guerra Mundial, fue indiscutible que el caza se convirtió en un símbolo del Japón y que honradamente se ganó el título de “Caza Samurai”.